En México, el estrés financiero se ha convertido en una preocupación creciente, impactando la salud mental de más del 50 por ciento de la población, según revela el informe Bienestar Financiero 2023 elaborado por Invested. Este fenómeno ha llevado a un aumento en las asesorías psicológicas relacionadas, evidenciando la magnitud del problema.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia ha atendido a más de 4 mil 800 personas con atención psicoemocional vinculada al estrés financiero desde 2021. Salvador Guerrero Ciprés, titular de la organización, destacó que el año pasado recibieron alrededor de 280 mil llamadas, muchas de ellas relacionadas con complicaciones económicas.
Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, cada trimestre los hogares mexicanos perciben 67 mil 311 pesos, mientras que el gasto trimestral corriente asciende a 39 mil 965 pesos. Esta disparidad pone de manifiesto la presión financiera que enfrentan muchas familias en el país.
De acuerdo con Up Sí Vale, aproximadamente el 20 por ciento de los hogares en México no logran cubrir todos sus gastos mensuales, recurriendo a préstamos familiares o buscando ingresos adicionales. La inflación es una de las principales preocupaciones para el 75 por ciento de los consumidores, según el ConsumerSignals de Deloitte.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señala que el estrés financiero es una condición cada vez más frecuente y ha ganado relevancia a nivel mundial. Este se define como un sentimiento constante de angustia, presión y ansiedad ante una situación económica compleja, pudiendo desencadenar cuadros depresivos, entre otros problemas de salud mental.
Salvador Guerrero explicó que, de 2021 a 2022, hubo un aumento del 300 por ciento en la atención a personas afectadas por el estrés financiero. El miedo, la preocupación y la ideación suicida fueron las manifestaciones más comunes entre aquellos que buscaron ayuda.
El representante del Consejo Ciudadano resaltó la importancia de la educación financiera para enfrentar este desafío. La falta de conocimiento en este ámbito puede hacer que las personas se vuelvan más vulnerables e incluso caigan en manos de prácticas financieras riesgosas como las “monta deudas”.
La Condusef advierte sobre señales de estrés financiero, como constantes preocupaciones por el dinero, angustia por el pago de deudas y la necesidad de revisar constantemente las finanzas. Las entidades con más atenciones relacionadas en México son el Estado de México, Jalisco, Puebla y Veracruz.
Ante esta situación, el Consejo Ciudadano ofrece consultoría gratuita a través de la línea 5555335533, tanto por teléfono como por WhatsApp, buscando brindar apoyo oportuno y evitar el aumento de la extorsión en el país. En medio de estas cifras, queda claro que el estrés financiero va más allá de los números, representando un desafío significativo para la salud mental de muchos mexicanos.
¿Qué es el estrés financiero?
El estrés financiero se refiere a un estado emocional y psicológico de angustia, ansiedad y presión relacionado con problemas financieros. Esta condición surge cuando las personas enfrentan dificultades económicas, ya sea debido a deudas, falta de ingresos suficientes para cubrir gastos, pérdida de empleo, inversiones desfavorables u otras situaciones financieras adversas.
El estrés financiero no solo está vinculado a la falta de recursos económicos, sino también a la incertidumbre y la preocupación constante sobre cómo hacer frente a las obligaciones financieras y satisfacer las necesidades básicas. Esta tensión financiera puede afectar la salud mental y física de las personas, generando cuadros de ansiedad, depresión e incluso impactando en las relaciones personales.
Las señales de estrés financiero pueden manifestarse de diversas maneras, como constantes pensamientos sobre el dinero, angustia por el pago de deudas, dificultades para conciliar el sueño, cambios en el apetito, entre otros síntomas. Es importante abordar el estrés financiero de manera proactiva, buscar apoyo y recursos para gestionar adecuadamente las finanzas personales, y considerar la educación financiera como una herramienta preventiva.